domingo, noviembre 19

Barajar las cartas

Barajar no tiene sólo como finalidad mezclar las cartas, es también todo un proceso de comunión del tarotista y el consultante con la baraja. A la persona que desee utilizar las cartas de tarot debería barajarlas cada día aunque no vaya a efectuar una tirada, de esta forma se genera la unión con ellas, es como un intercambio de energía, se genera confianza, se aprende a convivir con ellas y a darles el valor necesario.


En una consulta este ejercicio tiene por finalidad, a parte de mezclar las cartas claro está, la de colocar al consultante y tirotista en un nivel de percepción diferente, único y especial. Al ir mezclando las cartas se crea una distensión, se aprovecha para cortar el hielo y relajarse. La visión de las cartas en movimiento genera un estado como hipnótico acrecentando la percepción, más receptivo, donde se abren los canales intuitivos. Barajar debe ser un acto solemne nunca trivial, es el principio de una lectura y toda lectura debe ser algo único y trascendental, sea cual sea la pregunta. Si las cartas no reciben el justo valor, estas se negarán a responder.


Debemos aprovechar este momento para irnos relajando y situándonos en la perspectiva del consultante para de esta forma poder ayudar mejor. El consultante por su parte también se va soltando y tomando confianza mientras contempla el movimiento de las cartas, se aprovecha para conocer mejor la persona que nos visita y pide ayuda. Debemos tomarnos este ritual con la suficiente calma y sólo empezar la lectura cuando se está lo suficientemente relajado y abierto.


Comenzar una consulta con buen pie implica barajar correctamente, con serenidad, confianza y canalizando todo el proceso en este primer acto entre tarotista y consultante. No es un acto cualquiera y hay que darle el valor que merece.










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