
Me gustaría en esta entrega efectuar una reflexión muy personal sobre la carta de “El Loco” en la tradición Rider Waite Smith (RWS). Hago la reflexión sobre el RWS porque los símbolos que pintó Pamela, asesorada por Waite creo que son muy explícitos.
En primer lugar la carta lleva impreso el número 0, simbólicamente indica nulidad, lo que no tiene valor, lo que no puede representarse, es la no existencia de algo, también indica comienzo, pero para mi es el comienzo antes del “ser”, es decir antes de materializarse. Esto ya nos lleva a un apunte de lo que la carta nos puede sugerir.
El siguiente punto lo encontramos en las montañas, nuestro personaje se encuentra en la cima de un monte. Si reflexionamos sobre la simbología de las montañas nos encontramos con que estas son siempre lugares sagrados, son símbolos de trascendencia de pureza y eternidad, pero también es el lugar donde se unen cielo y tierra, y el lugar de encuentro entre Dios y el hombre, la encarnación de las fuerzas cósmicas y la vida.


El Loco sostiene en la mano una rosa, símbolo ésta del amor, al ser blanca indica que este amor es puro e inocente, que no conlleva ninguna intención o deseo de propiedad o contra prestación, es la perfección, la virginidad. El blanco se repite en el perro que le acompaña y también en las montañas al fondo del decorado. Este color también tiene significados de muerte y resurrección, e indica iluminación.
También podemos ver el Sol como una esfera blanca en lo alto de la esquina derecha. El significado del Sol es claro como principio que infunde la vida, es dador de energía y de existencia. Su analogía con la muerte y resurrección es también muy manifiesto en su orto y ocaso.
Por último nuestro personaje parece que va a caer al vacío, que se va a precipitar por el acantilado. ¿No es acaso ésta una manifestación simbólica de nacimiento? ¿Del alma que esta apunto de descender? Es un descenso que inevitablemente lo llevara a tierra, a la realidad de la fuerza de gravedad que le empuja a ser, a la realidad de la vida. Ese cero no manifestado del que hablábamos al principio que desea convertirse en 1, que desea “originarse”. ¿No es ésta el alma que ha sido llamada a encarnarse?